El medio ambiente es un patrimonio de todos nosotros, el hogar común que nos permite vivir en un planeta con ecosistemas muy sensibles y en peligro por diferentes causas, básicamente las derivadas de procesos industriales agresivos, contaminantes y que han permanecido durante años sin un control real de emisiones ni evaluación de impacto ambiental. Actualmente los residuos plásticos están en el punto de mira, como uno de los factores que más están contaminando la biosfera, en especial en los océanos, con las consecuencias que esto tiene para la vida marina, las especies, y la cadena de alimentación: Se hallan restos de microplásticos en casi todos los pescados para consumo humano. En los fondos marinos abundan restos de basura de plásticos, como botellas, objetos de plástico desechables y bolsas de plástico.
Pero todos podemos hacer algo, poner nuestro grano de arena, consiguiendo mediante pequeños actos, modificar esta variable tan poco alentadora. El RD 293/2018 de 18 de mayo, sobre reducción del consumo de bolsas de plástico, y por el que se crea el Registro de Productores es un ejemplo de la nueva situación, una acción positiva para lograr un propósito de reducción y control de contaminantes plásticos a medio y largo plazo.
En este sentido, empresas y fabricantes de plásticos se están esforzando para liderar proyectos con una producción netamente biodegradable de bolsas de plástico para el comercio en general y para las farmacias en particular, como es el caso de bioplasticosgenil.es, empresa puntera que con precios muy competitivos y comprometidos en la mejora contínua, tanto de los productos ofrecidos –bolsas de camiseta impresa de alta y baja densidad, con impresión personalizada de bolsas oxodegradables, bolsas compostables para farmacias, guantes de látex, bobinas, vinilo, polipropileno, etc.-como de los procesos de producción de alta calidad, ha conseguido ser un referente en el mercado nacional del sector de bolsas de plástico para farmacias.
Los bioplásticos son actualmente la alternativa al plástico que todos conocemos, y se trata de conseguir polímeros naturales a partir de almidones de tubérculos y cereales, celulosas y restos y desechos de la actividad agrícola. Sectores como la agricultura, el textil, medicina, envases y embalajes, alimentación, juguetes, moda, y bolsas biodegradables ya se están beneficiando de este nuevo producto, más sostenible, degradable 100% y respetuoso con el medio ambiente, polivalente y muy resistente. El bioplástico se va abriendo paso en el mercado europeo y estadounidense, y su posición será relevante en muy pocos años.
En esta línea de conseguir plásticos biodegradables están los PHA, poliésteres que se consiguen mediante un proceso de fermentación de materia vegetal con determinados microorganismos, obteniéndose un producto que puede ser inyectado y moldeado para la fabricación de piezas en la industria del automóvil, por ejemplo, y en diferentes sectores industriales y aplicaciones, como en dispositivos médicos (suturas, parches cardiovasculares).
Características de los bioplásticos
Las características fundamentales para considerar un producto como bioplástico son su origen en fuentes biológicas renovables, no transgénico, y que tenga la cualidad de ser biodegradable, es decir, que no sea un producto derivado del petróleo, cuya huella física en el tiempo es mucho más dilatada –puede durar hasta 1000 años-, constituyendo el problema medioambiental que estamos abordando.
Entre las principales ventajas que supone el uso de los bioplásticos podemos destacar que no contaminan el medio ambiente al ser biodegradables, los envases de uso alimentario de bioplástico no modifican el sabor ni los aromas de los alimentos que contienen, tampoco aportan aditivos que sean perjudiciales para la salud del consumidor, en los procesos de producción no se consumen materias primas que no sean renovables, consiguiendo una ventaja considerable de ahorro energético en su producción, y por supuesto, la reducción de la huella del carbono en el medio ambiente, o lo que es lo mismo: Sostenibilidad.
Abordar el problema de los plásticos y los residuos que generan es una tarea ardua y complicada, pero que, como hemos mencionado al principio, se está comenzando a afrontar con la tecnología apropiada y medidas alternativas inteligentes que frenen este capítulo de autodestrucción que hace que lleguen al océano cada año 8.000 millones de kilos de plástico, que como un boomerang regresan a nuestro entorno, en forma de microplásticos, incluso hasta nuestras células.
Pero siendo una muy buena alternativa, la industria del bioplástico necesita ir de la mano de eficientes y cercanas plantas de compostaje industrial, para que esa reducción de impacto en los océanos sea real y efectiva. Es decir, que todos los estamentos implicados pongan de su parte para llegar a la consecución de este importante objetivo para el medio-ambiente.