El vino es una bebida que siempre ha sido básica en la dieta mediterránea. Cocinamos con él, nos lo bebemos, y muchos españoles viven también de él. Sin embargo, la pasión por el buen vino parece haberse ido perdiendo, al menos entre la juventud. Hay quien opina que es lo normal, que primero la pasión empieza en la cerveza y que con la madurez se empieza a preferir una buena copa de vino con las comidas. Otros aseguran que el vino está quedando relegado a un segundo plano en nuestro país y que por eso el volumen de exportación es tan alto. Y un tercer grupo asegura que hay que desterrar la idea de que beber cualquier tipo de alcohol puede llegar a ser sano.