Si decidiéramos hacer una encuesta y os preguntáramos por el grado de interés (del 1 al 5, siendo 1 ninguno y 5 un gran interés) que mostráis por la ecología y la protección del medioambiente, ¿cuál sería vuestra respuesta? La verdad es que podemos asegurar que hay gente para todo. Hay personas muy concienciadas con uno de los problemas que no solo está marcando el presente, sino que marcará también el futuro de nuestra sociedad. Sin embargo, también hay gente a la que este asunto le trae realmente sin cuidado. Como dice el refrán, de todo hay en la viña del señor.
Lo que nadie puede negar, teniendo en cuenta las evidencias científicas que existen hasta la fecha, es que la Tierra se encuentra en una situación bastante complicada. El ser humano ha pasado décadas maltratando el planeta y los recursos naturales que lo componen. Por eso, ahora estamos como estamos. No cabe la menor duda de que, si no ponemos un remedio más pronto que tarde, vamos a pagar caro el no haber empezado a mostrar interés antes por este tema. Más nos vale que sigamos trabajando en este asunto con todas las fuerzas de las que podamos disponer.
Hay datos que, simplemente, nos ponen de mala leche. Y uno de esos es el que vamos a compartir con vosotros y vosotras a continuación. Lo firma la página web Ecoportal y dice que solo el 22% de los mexicanos muestra algún tipo de interés por el medioambiente. Desde luego, se trata de un porcentaje muy pobre y que, además, estamos seguros de que se repite en varios países. Está claro que no es de recibo y, desde luego, se debe trabajar para paliar esos datos. Y se debe trabajar muy duro. Sin el compromiso de la gente, está claro que no conseguiremos los objetivos que la Tierra necesita.
La suerte que tenemos es que, en España, sí que nos estamos tomando en serio este tema. Una noticia publicada en la web de La Vanguardia indicaba que los consumidores españoles estaban elevando su compromiso con el medioambiente. Casi tres cuartas partes de los consumidores toma decisiones de compra que están relacionadas con lo que tiene que ver con la sostenibilidad o el medioambiente. Y está claro que esa es una noticia excelente que todavía tiene que extenderse todavía más. El cuidado del medioambiente está claro que es más necesario que nunca y podemos agradecer que haya tanta gente que se lo haya tomado en serio.
La compra de productos bio y ecológicos se ha extendido de una manera tremenda en los últimos años en España y, por lo general, en el resto de Europa. Los profesionales de Bio-Market nos han asegurado que este tipo de productos ya copan la mayoría de la cesta de la compra habitual de las familias españolas, lo cual es sin duda un avance en lo que tiene que ver con el cuidado del medioambiente. Ni que decir tiene que conseguir avances en este sentido debe seguir siendo prioritario para la sociedad. Nunca debemos olvidar este objetivo.
Una guerra que depende de muchas más cosas
Vencer la guerra contra la degradación de nuestro entorno es algo que depende de muchas más cosas además de la que os hemos comentado. Depende de la reducción de materiales de un solo uso, como el plástico. Depende también de la eliminación de los combustibles fósiles en los vehículos. Depende de una mayor inversión en energías renovables. Y depende, cómo no, del reciclaje que cada cual realicemos en nuestro hogar. Hay que cumplir con todas y cada una de estas cuestiones para tener éxito en este cometido.
Y ojo, que no vale con cumplir con todos nuestros propósitos en prácticamente todas de estas cuestiones, sino que hay que hacerlo en todas y cada una de ellas, sin excepción alguna. Si dejamos un cabo suelto, podemos dar pie a que la salud de nuestro planeta no sea todo lo buena que debería ser. Y es evidente que eso no es lo que queremos conseguir ni mucho menos. Hay que tener bien claro cuál es el propósito y cuál es la manera, o maneras, de conseguirlo.
Es hora de que empecemos a darnos cuenta de que la Tierra se encuentra en un estado de necesidad absoluta. Y que somos solo nosotros, los seres humanos que la poblamos, los que le pueden ayudar a este respecto. Nadie más, ni siquiera Dios, puede conseguir revertir la situación sin esfuerzo. Necesitamos todos los recursos intelectuales y operativos para hacer posible que el planeta vuelva a ser un lugar sano y libre de peligros. Si no somos nosotros los que nos demos cuenta de ello, poco podemos hacer salvo esperar milagros que no se van a producir.