Con las navidades a la vuelta de la esquina, o más bien dicho lanzándose como hienas salvajes a nuestra yugular, comienza la temporada de regalos. Esto es algo criticable, ya que me considero una de esas personas que critica las navidades por el consumismo y no por lo que significan. Y no estoy tratando de darle un significado religioso, que lo tiene para los creyentes, sino que estoy dándole un significado de unión familiar.
Siempre he tenido una familia un tanto dispersa alrededor de España, lo que es algo realmente chulo a la hora de viajar porque siempre tienes un primo, tía o abuelo en un lugar en el que acogerte. Pero al mismo tiempo es realmente triste querer reunirte con alguien que no está cerca cuando lo necesitas.
Por eso las navidades son para mi un momento de reunión familiar en el que prima más estar todos juntos compartiendo una comida o una cena, que estar pendiente de comprar un regalo o otro. Pero esto no quiere decir que haya que perder que durante estas fiestas el cuerpo nos pide marcha y dinero para gastar.
Siendo realistas de una manera o de la otra la publicidad invasiva y excesiva que recibimos por todos los medios hace mella. Ya no solo basta con tener anuncios en la televisión, YouTube o en la parada del bus, ya que cada vez que visitamos una página web o vemos un producto de una tienda online se queda registrado en las famosas cookies, que luego llenan de información con lo que vimos los banners de las páginas web.
A pesar de que defiendo de que se puede regalar algo en cualquier época del año, siempre se puede comprar un detalle para celebrar la reunión familiar. No tienen porqué ser grandes cosas, ya que una vez que eres adulto los regalos cobran más importancia por la persona que te los regala que por el regalo en sí.
Uno de los regalos que más se hacen en navidad es el vino, un néctar que llevamos bebiendo desde hace siglos y que precisamente cumple con este objetivo. Ten en cuenta que una botella de vino puede hacer que recuerdes a una persona, y una vez que creas un sentimiento al realizar una acción, siempre recordarás a esa persona o sentimiento cada vez que realizas la acción.
Pero no siempre es fácil regalar vino, por un lado porque puedes no entender de vinos y es totalmente normal, y por otro lado porque un vino caro no significa un vino mejor. Por ello, en el artículo de hoy te traemos unos consejos para que sepas qué vino regalar. Aunque no tienes tampoco porqué regalar vino, puedes regalar unas copas de calidad en las que disfrutar del vino de manera premium. Exportcave tiene un amplio catálogo de copas de vino y accesorios relacionados con el mismo, que harán las delicias de todo aficionado.
Conocer los gustos de la persona es clave, y se consigue preguntando
En primer lugar, y aunque ya lo hemos mencionado tenemos en cuenta el tema del precio, ya que como hemos comentado la calidad del vino no siempre depende del precio. Y es que existen excelentes caldos nacionales con una relación calidad precio inmejorable, y te pueden hacer quedar mejor que regalando un vino caro.
Aun así de nada sirve si no conoces los gustos de la persona a la que vas a regalar vino. En el caso en el que decidas que el presupuesto no es un problema, y vayas a ir a por un vino de precio alto, puedes encontrarte con que a esa persona no le guste la variedad de uva o los sabores de ese vino. Y es por esto que es recomendable saber el gusto, al igual que lo es elegir la añada, que dependiendo de una u otra varía mucho el sabor del vino.
Por último, vamos a hablar de los estuches especiales, porque son un regalo perfecto para estas fechas. Y el motivo no es otro que la variedad que puedes meter dentro, sobre todo si te dejas aconsejar por expertos. Puedes crear una pequeña colección de vinos en una caja bonita que hará las delicias de todo aficionado al vino.