Mis padres me lo han contado miles y miles de veces, pero a pesar de ello, me encanta cuando me lo vuelven a narrar… Dicen que de pequeño yo era muy llorón y que ni el biberón, ni el chupete, ni los brazos me calmaban a la hora de ir a la cama por la noche. Entonces, para no tener problemas con los vecinos y no despertar a todo el edificio a horas indecentes, mi madre y él cogían el coche y daban la vuelta a la manzana o si tardaba un poco más en quedarme dormido, daban una vueltecita por el pueblo y a los pocos minutos yo me quedaba dormido y feliz.
Mi “cuna” sobre rueda era un SIMCA 1200, el primer coche que tuvo mi padre y al que bromeando le había dado el apodo de “cabra”, ya que cuando le dieron el carnet de conducir soltó riéndose que ya estaba listo para llevar las cabras. No sé si fue ése el motivo, pero el hecho es que tempranito me aficioné al coleccionismo. Lo más probable es que ello se gestara durante aquella lejana época y se fuera asentando luego durante mi etapa infantil cuando amontonaba y hacía rular coches a una escala aproximada a 1:55 de marcas como Guisval, Majorette, Guiloy y Mira.
Ahora que ya soy mayorcito, me siguen gustando con locura los coches y los que busco los suelo encontrar y comprar en Racing Modelismo, una increíble y fabulosa tienda online especializada en la venta de coches a escala 1:43, coches a escala 1:18 y motos a escala. Me encanta esta tienda porque tienen casi de todo y disponen de un amplio catálogo de coches en miniatura y maquetas de coches a escala de Fórmula 1, coches de serie, coches de rally, coches del DTM así como motos de MotoGP y motos de calle, entre otros muchos productos del mundo del motor. Además, si deseas obtener cualquier réplica escala prevista por los principales fabricantes, la puedes reservar en dicha tienda y ellos se encargan de complacerte. ¿Qué más se puede pedir?
Podía jugar horas y horas con mis coches miniaturas
A mis padres les hacía mucha gracia verme de pequeño jugar durante horas y horas con mis coches miniaturas, porque cuando jugaba no se me oía quejarme, ni pedir comida (¡y mira que yo siempre he sido muy glotón!), ni de beber, ni nada de nada… ¡Estaba totalmente absorbido y fascinado por mis coches! Lo demás me importaba un bledo y así dejaba tranquilos a mis padres y se podían dedicar a atender a sus clientes, a reponer o a recoger la tienda (teníamos un pequeño súper en el pueblo).
Muchas de las marcas que he citado más arriba, fabricaban miniaturas que reproducían los coches de entonces y que se podían comprar de forma muy fácil y económica en casi cualquier tienda y hasta en el kiosco de revistas de la esquina, así como en las grandes superficies. Claro está que no se trataban de modelos destinados a los coleccionistas debido al precio módico por el que se vendían y por los materiales con los que estaban fabricados, pero os puedo decir y asegurar que a mí eso me daba completamente igual ya que lo que me importaba era el hecho de poder jugar con un vehículo deportivo nuevo o con el coche de mi padre o el de mi tío, etc., lo que me proporcionaba una alegría tal que ya todo lo demás no existía.
Ya de mayor, aunque saliera del pueblo y me pusiera a estudiar una carrera seria, como decía mi padre con orgullo, mi pasión no por ello se extinguió sino que siguió más viva que nunca. Pues al salir del pueblo empecé a ver por las calles de la capital modelos de coches extraordinarios que me habían hecho soñar y anhelaba con poder conducir algún día alguno de ellos. A día de hoy, tengo una buena situación (soy abogado) y he podido hacer realidad algunos de mis sueños como el de comprarme una Lamborghini Huracán. No obstante, mi pasión por el modelismo sigue intacto y por ello he decidido completar mi colección con los coches y motos a escala de primeras marcas como Autoart, Minichamps, Spark models, coches CMC, Kyosho, Otto Mobile, GT Spirit, etc, que propone la tienda online Racing Modelismo. He madurado, crecido, envejecido, pero el niño que era sigue igual de vivo que entonces…