Los vehículos eléctricos se están volviendo el futuro de la automoción y prueba de eso es que se están comenzando a ver cada vez más en las ciudades, De hecho, se produjo un auténtico boom en sus ventas durante el 2020, con un crecimiento de un 81,3% respecto al año anterior.
Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta sus ventajas económicas y medioambientales, además de unos servicios auxiliares cada vez más desarrollados, como en el caso del sector seguros, en el que ya se encuentran opciones específicas para coches eléctricos.
Sin embargo, si aún dudas si en verdad son una buena opción, nuestros amigos de UrbanCar, expertos en automóviles, te cuentan sus características, ventajas y un poco de su historia, para que entiendas porque les dicen el coche del futuro.
¿Qué son los coches eléctricos?
Como su propio nombre lo indica, se tratan de vehículos que tienen uno o varios motores alimentados por electricidad,a diferencia de los motores de la mayoría de los coches actuales que utilizan gasolina o diesel. Y justamente, gracias a esto, una de las principales ventajas de su uso es que reduce notablemente el nivel de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Así, de forma general, es necesario distinguir entre los vehículos que son eléctricos al 100%, denominados BEV (Battery Electric Vehicle), y los PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle), que se trata de híbridos enchufables que tienen motor de combustión y motor eléctrico, además de una batería recargable en la red eléctrica. Y luego están los coches híbridos, que poseen un motor de combustión interna, que suele ser de gasolina, y propulsores eléctricos.
Así, hoy día puedes encontrar motores eléctricos de todos los tamaños, que propulsan desde un coche de radiocontrol a una locomotora, y cuyo principal atractivo es que tienen menor peso, tamaño y son técnicamente menos complejos.
Principales características de los coches eléctricos
- Motor eléctrico: Transforma la energía eléctrica que proviene de la batería en movimiento. Además, son capaces de hacer justo lo contrario, y más bien, pueden transformar el movimiento en electricidad gracias al inversor, por ejemplo, en las cuestas hacia abajo o frenadas.
- Batería: Almacena la energía eléctrica que servirá para accionar el motor. Incluso, algunos modelos pueden tener una batería auxiliar para los sistemas de bajo consumo auxiliares. Eso sí, si no está cargada, el coche no anda.
- Puerto de carga: se trata de un enchufe como cualquier otro por donde se recarga la batería del coche.
- Transformadores: convierten los parámetros de la electricidad de una toma casera en las características necesarias para la recarga de las baterías. También se encargan de la refrigeración, con el fin de evitar explosiones y derrames.
- Controladores: regulan la entrada de energía a la batería, permitiendo una adecuada recarga de la misma y evitando su deterioro.
¿Son muy diferentes los coches eléctricos y los de gasolina?
La realidad es que no son tan distintos y el esquema de funcionamiento de ambos es bastante similar, por lo que muchos de sus elementos actúan de la misma manera. Para entenderlo mejor, haremos una comparación entre las características de ambos:
Autonomía
Una de las principales diferencias entre los coches eléctricos y los de combustión es que los primeros no tienen ni embrague ni caja de cambios, aunque exista algún modelo con el cambio de marcha manual.
Por lo que respecta a la autonomía, los coches eléctricos puros recorren sin problemas de carga de batería entre 450 y 500 kilómetros, frente a los híbridos enchufables que rondan los 50 kilómetros. Mientras que el vehículo híbrido solo alcanza los 5 kilómetros de recorrido autónomo en modo eléctrico.
En todo caso, las baterías de los modelos eléctricos puros e híbridos enchufables se cargan en la red eléctrica y la recarga sale más económica que llenar el depósito de un coche de gasolina o diésel.
Puntos de recarga
Uno de los principales problemas que los consumidores le encuentran al coche eléctrico es que no hay muchos sitios donde recargarlos.
Por su parte, los cargadores portátiles que sirven conectándose a la red eléctrica de tu casa suelen ser muy lentos. El tiempo de carga dependerá siempre de la potencia de la recarga y de la batería del coche. Algunos pueden cargar por completo la batería entre una y dos horas, mientras que otros menos potentes o de recargas lentas, pueden tardar hasta 12 horas.
Por el contrario, los coches de combustible no presentan este inconveniente.
Impuestos de los vehículos eléctricos
La actual regulación medioambiental de las ciudades posibilita que los vehículos eléctricos luzcan la etiqueta CERO de la Dirección General de Tráfico (DGT), por lo que no tendrás ningún problema para moverte por el interior de las grandes urbes en cualquier situación.
De igual modo, gran parte de los ayuntamientos bonifican el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (ITV) de estos coches, ofreciendo aparcamiento gratuito en las ciudades y descuentos en otros impuestos municipales. Así, no sólo contribuirás al cuidado del medioambiente, sino también al ahorro de tu bolsillo.
Seguros específicos para vehículos eléctricos
Existen compañías que ofrecen seguros específicos para coches eléctricos, los cuales cubren todas las necesidades y garantías que necesitan los conductores de este tipo de vehículos, además de incluir las coberturas comunes a terceros o a todo riesgo.
Entre las particularidades de estos seguros especiales es que incluyen características tan interesantes como la asistencia por carretera para acercarte hasta el punto de recarga más cercano o el servicio de carga rápida.
Lo mejor, es que la cuota de estas pólizas suele ser similar a la de los de gasolina e, incluso, en ocasiones hasta más barata.
Ventajas del coche eléctrico
Hoy en día, muchos están prefiriendo esta opción de transporte por ventajas como las siguientes:
- Reduce la contaminación acústica: los motores eléctricos son mucho menos ruidosos que los de gasolina, lo cual contribuye a reducir el caos acústico en las autopistas de las grandes ciudades.
- Mejora la calidad del aire en las ciudades: los coches eléctricos tampoco emiten contaminantes a la atmósfera, lo que hace que se reduzcan considerablemente los niveles de polución del aire y que mejore el estado de salud de las personas.
- Reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera: al usarse energías renovables para la carga de los vehículos se están reduciendo las emisiones de CO2. Por lo tanto, al optar por un coche eléctrico estamos tomando una decisión amigable para con nuestro medio ambiente.
- Motor igual de potente y más económico: un motor eléctrico de la misma potencia que uno de combustión es más barato, compacto e incluso fiable, ya que no necesita complementos que puedan hacer fallar al motor.
- Más eficiencia a menos consumo: los vehículos eléctricos tienen una eficiencia próxima al 90%, frente al 30% de los coches convencionales. Esto significa que consume menos, permitiéndonos ahorrar más al necesitar de menos energía para realizar el mismo esfuerzo.
¿Si son tan buenos, por qué no todos los coches son eléctricos?
A continuación, vamos a ver un poco de su historia para que entiendas mejor cómo empezó todo.
En 1899 se produjo un hito en la historia de la automoción cuando el vehículo eléctrico «La Jamais Contente», pilotado por Camille Jenatzy, estableció un nuevo récord de velocidad, llegando a alcanzar los 105 km/h. Sin embargo, no fue hasta 1900 cuando se impusieron claramente estos vehículos frente a los otros medios de transporte.
Luego, en 1911, Thomas Alva Edison inventó nuevos modelos de baterías recargables de níquel-hierro que permitirían una mayor autonomía y velocidades de hasta 130km/h, propulsando la popularidad de los coches eléctricos, que llegaron a representar el 90% de las ventas.
No obstante, todo cambio para los modelos eléctricos cuando en 1912, Henry Ford introdujo el motor de arranque para los coches de gasolina,el cual se convirtió en un gran éxito y rápidamente se comenzaron a fabricar en serie, acaparando el mercado automovilístico.
Así, la gente ha terminado prefiriendo el automóvil de gasolina, ya que se presentan como una opción mucho más manejable y que no necesita infraestructuras en las ciudades para su uso. Fue esta ventaja competitiva la que derivó en la época negra del coche eléctrico, ya que hubo que esperar hasta 1970 para que volviera a reaparecer.
En conclusión, los coches eléctricos aún no han logrado monopolizar el mercado automotriz, quizá porque los modelos que se están comercializando hoy en día aún tienen poca autonomía, no son económicos y todavía no pueden competir en diseño con lo coches de gasolina o diesel. Además, que aún no se han habilitado puntos de recarga suficientes y las baterías necesitan horas para estar cargadas completamente, lo cual les quita la practicidad que el consumidor de hoy busca en su día a día.
Sin embargo, a día de hoy, esto está cambiando y cada vez hay más puntos de recarga de vehículos eléctricos en España y en Europa, en los que podrás cargar la batería del coche entre 5 y 30 minutos, lo cual también supera el inconveniente de los largos tiempos de carga de antes. Lo mejor, es que son fáciles de localizar a través de cómodas aplicaciones gratuitas para dispositivos móviles