No es que yo sea una persona muy previsora, ni mucho menos, pero lo que nos ha pasado en mi edificio era evitable y no se ha podido evitar por la falta de mantenimiento que ha habido durante más de 40 años. Y es que por muy bien que veamos algo estéticamente es posible que por dentro la cosa no esté bien del todo y que por ahorrarnos unos euros en el mantenimiento acabemos pagando mucho más.
Las fachadas de los edificios es la parte estructural que más daño puede causar a un viandante. ¿Cuántas personas han acabado heridas o han fallecido a causa del desprendimiento de casquetes o similares en las fachadas de los edificios? Yo odio os días de viento por este motivo. De hecho, por mucho respeto que le tenga a la lluvia me da muchísimo más miedo un día de vientos fuertes que una tormenta con granizo, y es que hace algunos años viví un susto que me hizo comprobar de primera mano el peligro que conlleva unir ambas cosas: viento y fachadas en mal estado.
Tenía unos 24 años y regresaba a mi casa caminando desde casa de unos amigos que vivían bastante cerca. Estaba lloviendo y me dejaron un paraguas pero lo peor de todo era el viento, bastante fuerte, que incluso me llegó a levantar el paraguas dándole la vuelta en varias ocasiones.
Intentaba refugiarme pegándome a los edificios, ya que los salientes y los balcones me servían de techo, pero no pensé en que algo pudiera desprenderse de esos mismos balcones. Quedaban solo un par de calles para llegar al portal de mi casa cuando un trozo enorme de fachada se desprendió de uno de los voladizos y cayó, sin exageraros, a menos de medio metro de mi cabeza. Si hubiera caminado un poco más rápido o si mi zancada hubiera sido más amplia no lo habría contado porque os puedo asegurar que con el peso que tenía aquel trozo desprendido y la velocidad a la que se estampó contra el suelo mi cabeza habría reventado cual tomate maduro (y perdonen la imagen que acabo de crear).
A cambio de salvarme la vida, el accidente provocó que varios pequeños trozos salieran disparados al chocar contra el suelo y tuve que hacer frente a varias heridas en las piernas aunque ninguna de gravedad.
Ahora si hace viento procuro evitar salir de casa y si no puedo evitarlo voy con mil ojos mirando más hacia arriba que hacia delante. Y desde luego, lo que menos me esperaba es que tuviéramos que reparar mi fachada de urgencia por culpa de la falta de mantenimiento para evitar, precisamente, un problema mayor. ¿Y sabéis por cuánto sale la broma? Por 20.000 euros a repartir en derrama entre 14 vecinos, es decir, una auténtica barbaridad que podría haberse evitado si se hubiera hecho un mantenimiento mínimo a todo el edificio.
Ahora, esta empresa de rehabilitación de fachadas en Terrassa está totalmente implicada en la reparación de nuestra fachada pero una vez la hayan terminado lo que vamos a contratar es el mantenimiento de la misma.
Un vecino listo
Ahora bien, en toda comunidad siempre hay vecinos que se creen súper apañaos y capaces de solucionar cualquier problema por cuatro duros y mi comunidad no iba a ser diferente. Por eso contamos con el del 5º derecha, un hombre “agarrado” que no quiere soltar un euro de más por nada y planteó la posibilidad de que cada vecino llevara a cabo el mantenimiento de su piso a través de las ventanas con los productos para fachadas más modernos en la actualidad.
Los productos serán maravillosos, no lo pongo en duda, pero ni nosotros somos expertos ni vamos a arriesgar nuestra seguridad para dar una mano de yeso o tapa grietas en la esquina de nuestro balcón cuando veamos que empiezan a agrietarse. ¿Estamos locos o qué?
De hecho, eso fue exactamente lo que pensé cuando el susodicho vecino propuso la genial idea, que si alguien aceptaba esa proposición es que estábamos todos locos. Gracias a los dioses del Olimpo no fue así, y todos los vecinos nos miramos con cara de incredulidad para desechar, posteriormente, tal locura, con el consiguiente cabreo de “el del 5ª derecha”.
Lo que no podemos pretender es ahorrarnos unos pocos euros para luego tener que gastar miles, como ya nos ha pasado, por ser tacaños. El mantenimiento de los edificios en España deja mucho que desear, al menos de forma generalizada.
Los expertos alertan del colapso de edificios
Según un experto consultado por Nius, el periódico digital, el colapso de edificios es cada vez más frecuente en España por el cambio climático y la falta de mantenimiento. Con el cambio climático poco podemos hacer, salvo lo que ya intentamos, pero la falta de mantenimiento es algo bastante evitable ¿no creéis?
Según este experto, en una infraestructura pública es más fácil que la entidad propietaria haga el mantenimiento, pero en una comunidad de vecinos es más delicado porque implica pedir dinero al propietario de la vivienda para una inspección cuando a primera vista parece estar bien; cuesta mucho concienciar a la propiedad privada para que actúe. Detalla también el experto de Nius que en la mayor parte de los casos de colapsos la causa es el envejecimiento, pero el cambio climático «tiene que ver y mucho» con el aumento de estos colapsos porque «cada vez hay más tornados, huracanes y lluvias torrenciales; más elementos extremos que lo propician».