Las cachimbas están de moda. Especialmente entre la juventud y los amantes de lo exótico. Sin embargo, es una práctica con siglos de antigüedad, con un fuerte arraigo en el mundo árabe. A la belleza de las propias pipas de agua, se le une todo un ritual de socialización.
En las teterías del norte de África es habitual que los establecimientos ofrezcan un servicio de shisha o cachimba. A los grupos de amigos se les conduce a una sala aparte o a un reservado, donde el grupo se sienta en círculo, en pufs alrededor de una pipa de agua. El establecimiento deja la pipa preparada para su uso y los clientes beben té o café, al tiempo que se alternan para ir dando caladas de vapor de agua aromatizado con tabaco y otras sustancias vegetales. Todo esto, mientras mantienen una relajada conversación.
Se calcula que entre el 60 y el 70% de la facturación de estos establecimientos proviene del alquiler de las pipas de agua. El Corán prohíbe expresamente el consumo de alcohol. Para ellos, la shisha es un medio de ocio y de socialización. Igual que en España quedamos con los amigos para tomar una cerveza o una copa en una terraza, en los países árabes es habitual quedar para fumar en cachimba.
Muchos árabes tienen cachimbas en su casa. Como nosotros tenemos botellas de licor en la nuestra. En algunas épocas históricas, las cachimbas representaron un símbolo de estatus social. Cuando reciben visitas, algunos árabes preparan las pipas de agua para compartir con los amigos una agradable sobremesa o una velada distendida.
En las últimas décadas, las cachimbas han hecho furor en las discotecas y ciertos locales de ocio nocturno de nuestro país. Se han convertido en un reclamo para atraer clientela y prestar un servicio apreciado por los clientes. Así nos lo relata el blog Valencia Plaza.com, que nos cuenta como algunos pubs se han reconvertido en clubs sociales para fumar en cachimba.
Algunas discotecas, con la excusa de fumar en shisha, alquilan reservados en los que se reúnen los grupos de amigos. Estos locales llegan a prestar hasta 80 servicios de este tipo en un fin de semana. Los encargados de las cachimbas se preocupan de mantenerlas limpias y de colocar fruta recién cortada en la cazoleta superior. Lo cual enriquece el sabor del producto.
Las cachimbas siempre han estado presentes en los estancos, como si fuera un producto decorativo o un artículo para regalo. Como esas cajitas de madera artesanales para puros que rara vez se vendían. La popularización que han alcanzado las cachimbas en estos últimos años ha disparado su venta. En la actualidad, además del utensilio, puedes encontrar en los estancos tabaco preparado para fumar en shisha.
Los vendedores de Bloom Shisha, una tienda online que vende cachimbas y complementos relacionados con este producto, nos comentan que fumar en pipa de agua es una experiencia diferente, menos perjudicial que fumar tabaco de forma tradicional, y que encierra todo un ritual de compartir con los amigos. Justamente lo que mucha gente anda buscando.
Un origen difuso.
El periódico digital extremeño Región Digital indica que las cachimbas provienen de la Dinastía Safavid. Una familia real que ejerció como Sha de Persia entre 1501 y 1722. A través del comercio en el mundo árabe, estas pipas se extienden primero por oriente medio y después saltaron desde Egipto a todo el norte de África.
Otras teorías atribuyen el invento de la cachimba al médico persa Irfan Shaikh, cuando ejercía en la corte del emperador mongol Akbar El Grande, en la segunda mitad del siglo XVI. Este emperador extiende las fronteras de su imperio al norte de la India.
En aquella época, los jesuitas introducen el consumo de tabaco procedente de América en India y Persia. Hasta entonces no se conocía el tabaco en Asía. Se dice que al emperador no le gustaba fumar, le parecía un hábito demasiado brusco. Su médico inventó un sistema por el cual el humo del tabaco se purificaba al pasar por agua y lo hacía más agradable al paladar. Akbar usaba las cachimbas para establecer relaciones diplomáticas con los nuevos visitantes. Algo que se extendió, sobre todo, durante la presencia de los ingleses en la India y Persia, ya que los británicos eran muy dados a fumar en pipa. La cachimba se empleaba para establecer relaciones de buena vecindad.
Otras líneas de investigación señalan que las cachimbas son anteriores a esa época y se introducen desde Persia a la India a través de un mercader llamado Abu’l Fath Gilani. En un principio se utilizaba para fumar otras sustancias vegetales diferentes al tabaco. Alcanzó tal popularidad el invento que con el tiempo pasó a usarse como un elemento para amenizar las reuniones entre hombres. Las cachimbas siempre han tenido un carácter social, siendo raro los casos de fumadores de cachimba que acostumbran a fumar en solitario.
Como funcionan.
La cachimba es un artilugio complejo que se divide en 6 partes claramente diferenciadas.
- La base: Es un recipiente de vidrio abombado que generalmente se rellena de agua.
- El cuerpo. Se trata de una especie de cono irregular fabricado en acero inoxidable, cuya función es dirigir el humo que se produce en la cazoleta hacia la base con agua.
- La cazoleta es una cajita metálica que se encuentra en la parte de arriba de la pipa y esta se rellena con el tabaco o la sustancia que se va a fumar. Tapada con una fina capa de papel de aluminio, sobre él se colocan unos carbones que van calentando el tabaco.
- El plato está perforado con un orificio en el medio, se encaja a mitad del cuerpo, por debajo de la cazoleta. Se encarga de recoger la ceniza que se desprende de las brasas de carbón.
- La purga es un pequeño conducto situado en la base del cuerpo, provisto de una válvula que se encarga de expulsar el aire viciado que se está formando en el interior de la pipa.
- A la misma altura, en paralelo a la purga, se encuentra la manguera. Un tubo flexible a través del cual el fumador va aspirando el vapor de tabaco. La manguera es desmontable, por medio de un conector de rosca y termina en una boquilla desechable.
Al aspirar por la boquilla se produce una succión que hace que el humo del tabaco calentado por las brasas se mezcle con el agua y salga por medio de la manguera en forma de vapor.
Para fumar en cachimba hace falta un tabaco especial, diferente al tabaco de los cigarrillos. Se trata de finas hojas de tabaco, bastante lavadas y mezcladas con algún elemento que las compacte como la miel. Se puede sustituir el tabaco por astillas de caña de azúcar o melaza de caña. La popularidad ha hecho que se fabriquen distintas versiones de productos fumables que no contienen tabaco, con sabores diversos como menta, café, uva o pomelo.
No se puede decir que fumando tabaco en cachimba no vayas a fumar nicotina, pero lo haces en menor cantidad y el proceso es completamente distinto a fumar un cigarrillo convencional. Para empezar, en la cachimba no se produce una combustión del tabaco como en los cigarrillos, los puros o las pipas estándar. Lo que hacen las brasas es calentar el producto y desprender vapores que se mezclan con el vapor de agua.
Al aspirar, el fumador de cachimba lo que hace es inhalar vapor de agua perfumado por otros vapores. Esto se hace a bajas temperaturas. La cachimba lo que hace es calentar y humedecer el tabaco. La experiencia es completamente distinta y sus efectos en los pulmones son menores.
Por otro lado, fumar en cachimba suele ser un acto más esporádico que fumar cigarrillos, por lo que es más difícil que cree dependencia, aunque se han dado casos.
En casa, para los amigos.
Las cachimbas son artículos bonitos y decorativos. Nos recuerdan la artesanía del norte de África, como los pufs de piel con incrustaciones o los pañuelos estampados para colgar en las paredes.
Quedan bien en cualquier repisa del comedor, aportando un toque oriental y exótico. Sin embargo, son bastante prácticas, no tienen únicamente una función decorativa. Cuando tenemos visitas en casa, bajamos la cachimba de la repisa y la preparamos para disfrutar una agradable tarde entre amigos.
Las cachimbas se corresponden con ese espíritu hospitalario y acogedor de los pueblos árabes. Como cuando vas a visitarlos y te sacan un vasito de té y una bandeja con dulces hechos con miel y frutos secos.
Una hospitalidad que también está presente en nuestro ADN colectivo después de siete siglos de presencia de los árabes en nuestro país, y que de alguna forma u otra han dejado huella en nuestra cultura y forma de ser.
Ofrecer una cachimba a nuestros invitados es una forma de ocio original y distinta que hará que nuestros amigos se sientan a gusto cuando vienen a vernos. Porque la cachimba, en realidad, es un regalo para disfrutarlo con los amigos.